PREPARADOS PARA LA TRANSFORMACIÓN ELÉCTRICA

La base de clientes de Volvo Penta abarca una gran variedad de segmentos diferentes, desde aplicaciones industriales, como la minería y la manipulación de materiales, hasta aplicaciones marinas comerciales y de ocio. Pero en todos estos segmentos se observa una clara tendencia: una creciente necesidad de contar con unas líneas motrices más ecológicas, más silenciosas y con un menor consumo de combustible.

Rápida llegada a un punto de inflexión
“El coste de propiedad está llegando a un punto en el que resulta más rentable utilizar una aplicación eléctrica que un motor diésel, y ahí es cuando el mercado realmente despegará”, explica Niklas Thulin, Director de Electromovilidad en Volvo Penta. Las aplicaciones industriales, especialmente, las basadas en la manipulación de materiales, constituyen un segmento prometedor debido al uso intensivo de máquinas. Sin embargo, la electrificación también se está volviendo económicamente más factible para las aplicaciones marinas comerciales, especialmente, en el caso de las embarcaciones que recorren distancias cortas en entornos sujetos a la legislación sobre emisiones. En lo que respecta al segmento del ocio marino, las líneas motrices de cero emisiones y con un bajo nivel de ruido y vibraciones ofrecen una mejor experiencia de navegación.

Una plataforma de tecnología probada
Existen muchas sinergias en cada una de las aplicaciones y se pueden desarrollar nuevas soluciones en paralelo. Volvo Penta también se está beneficiando de la plataforma de electromovilidad de eficacia probada del Grupo Volvo, que ya se ha industrializado con éxito para autobuses, camiones de gran tonelaje y máquinas de construcción. De hecho, el nuevo e innovador taller de electromovilidad de Volvo Penta está ubicado justo enfrente del lugar donde se encuentra el equipo de electromovilidad de 120 personas del Grupo Volvo.

“Nuestra estrategia consiste en empezar aprovechando al máximo la plataforma de electromovilidad del Grupo Volvo y parece ser que esta cubrirá gran parte de las necesidades de nuestros clientes”, explica Niklas Thulin. “El Grupo Volvo ha invertido mucho en la construcción de estos componentes y sistemas de control, por lo que deberíamos reutilizarlos donde resulten apropiados. A medida que vayamos utilizando aplicaciones más exclusivas, desarrollaremos componentes adicionales que se ajusten a las necesidades de nuestros clientes”.

Tecnología de baterías en el epicentro del desarrollo
Al igual que sucede con todos los productos de electromovilidad, los elementos impulsores clave (y futuros desafíos) son la capacidad de las baterías y los tiempos de carga. Durante la última década, el coste de las baterías de iones de litio se ha reducido considerablemente, lo que ha permitido la proliferación de nuevas tecnologías como los smartphones, los drones y las bicicletas eléctricas. No obstante, se requerirán otras mejoras para que los sectores de Volvo Penta puedan llevar a cabo una total transición a la electrificación. Unos tiempos de carga más cortos y rápidos, y un acceso más sencillo a la infraestructura de carga también permitirán reducir el tamaño de las baterías, lo que a su vez supondrá una reducción de costes.

“Esta es la clave, realmente”, comenta Niklas Thulin. “Cuanto menor sea el coste de las baterías, más rápida será la transición. A este ritmo, creemos que la electrificación realmente despegará en los próximos años, por lo que 2021 será un buen momento para tener lista una solución en el mercado”.

Por qué es obligatoria la colaboración del cliente
La frecuencia y el método de carga también serán parámetros importantes desde la perspectiva del cliente y ayudarán a establecer si una determinada solución de electromovilidad resulta práctica o no. Este es uno de los motivos por los que la estrecha colaboración con los clientes, operarios y OEM que fabrican las máquinas o embarcaciones constituye una parte esencial del proceso de desarrollo de productos. El enfoque se basa en llevar a cabo una serie de proyectos piloto con determinados clientes. “Es importante pasar tiempo con los clientes, los operarios y los usuarios finales para comprender por qué se beneficiarán de la electrificación, dónde la utilizarán y con qué frecuencia podrán cargar”, comenta Thulin. “Solo si conocemos todos los detalles, podremos ofrecer un sistema. Sea cual sea la aplicación, no será una solución “lista para usar”, tendrá que ser algo que desarrollemos junto con el cliente”.

Entrada en una nueva era
La transición a la electrificación también puede ofrecer nuevas oportunidades para personalizar embarcaciones y máquinas individuales en función del uso. “El hecho de ofrecer cero emisiones elimina algunos de los obstáculos que supone el cambio de configuración de la cadena cinemática”, añade Thulin. “Cuando se certifica un motor, este tiene un determinado conjunto de datos y solo podrá venderlo y utilizarlo según su certificación. Pero cuando no hay emisiones, los parámetros de la cadena cinemática pueden cambiarse en función del uso específico, que también puede variar a lo largo del tiempo. Esto ofrece más oportunidades técnicas en cuanto a la adaptación o, al final, incluso cadenas cinemáticas de autoaprendizaje”.

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